COMO ABORDAR LOS CONFLICTOS EN EL ENTORNO ESCOLAR

El conflicto es una condición inherente al ser humano que se encuentra presente en todas las organizaciones y el centro educativo no es una excepción, desde mi perspectiva debemos enfocar el conflicto en el entorno escolar y concretamente en el aula como un elemento natural y necesario, inevitable e incluso positivo.
Es necesario un punto de partida que permita describir e interpretar los principales tipos de conflictos que se generan en el aula y medir su incidencia en la convivencia.

PUNTO DE PARTIDA:

  • Identificar de donde llega la violencia
  • Visualizar los conflictos y las diferentes respuestas que dan los alumnos/as a los conflictos.
  • Presentar al alumnado estrategias de acción positiva/creativas ante los conflictos.
  • Análisis de conductas y comportamientos que fomentan el acercamiento afectivo y pacífico a los conflictos (educación emocional)
¿La presencia de conflictos en el aula influye de manera negativa en la convivencia? 
Es la no gestión positiva de estos conflictos y la no identificación de los mismos lo que da como resultado una convivencia negativa, existen otros muchos factores como los métodos de enseñanza, la manera de abordar las conductas disruptivas, el modelo tradicional de educación, la falta de educación emocional...
La desconfianza en que los conflictos puedan resolverse de manera creativa y dialogante, recuperan la defensa del castigo y la represión como soluciones cómodas y ejemplarizantes.

CONFLICTOS MÁS FRECUENTES

Los apodos, las burlas, conductas disruptivas, tirar papeles, falta de respecto en clase, agresiones e intimidaciones, no integración de un alumno/a, acoso o ciber-acoso. Falta de herramientas para gestionar emociones.

OTROS FACTORES QUE INCIDEN EN LA MALA GESTIÓN DE LA CONVIVENCIA.


  • Uno de los principales motivos de estas situaciones en el aula es la desmotivación del alumnado. Hay gran número de alumnos/as que asiste a los centros educativos solamente porque le obligan a ello, bien la ley o sus familias. Es decir, no están interesados en aprender nada ya que su voluntad no es estar en una institución educativa, Por ello, para rebelarse ante esta situación su principal objetivo es incomodar en las clases interrumpiendo al profesorado haciendo comentarios fuera de contexto o buscando situaciones para enfrentarse al profesorado ( no traer material de trabajo, sentarse con los pies encima de la mesa, incomodar al compañero haciendo chistes, etc) Estos comportamientos generan un enfrentamiento verbal entre el profesorado que intenta mantener el orden en el aula y el alumnado que pretende conseguir su objetivo y seguir molestando. Este tipo de alumnado no considera que tenga nada que perder en cuanto al ámbito académico y persiste en su actitud de molestar en todo momento.
  • El profesorado ha ido perdiendo autoridad poco a poco. Se ha pasado de un extremo a otro, de mostrar un respeto excesivo al profesorado a considerarlo como un amigo/a. Este nuevo estatus hace pensar al alumnado que el profesorado carece de autoridad en el aula y esto conlleva a la falta de respeto de estos hacia el profesorado (la forma de dirigirse al profesorado, la conducta en el aula, los insultos, los ataques verbales...)
  • Las conductas disruptivas, fenómeno por el cual el proceso de enseñanza-aprendizaje queda interrumpido, asociándose generalmente a conductas que dificultan el normal desarrollo de dicho proceso. Cuando se habla de disrupción, puede considerarse parte de la disciplina, o comportamiento que impiden llevar el ritmo de clase, que obstaculizan la labor docente y que pueden interferir en el proceso de aprendizaje del alumnado.
          Los casos de indisciplina se han convertido en motivo de preocupación, especialmente teniendo en cuenta que este tipo de comportamiento afectan negativamente en el rendimiento escolar, eso sin tener en cuenta el desgaste que representa para el profesorado, que en definitiva deteriora el ambiente cordial que debe existir en un proceso educativo. El análisis de la indisciplina debería partir de la reflexión y descripción de los comportamientos que son considerados como indisciplinados, las normas existentes, la forma en que estas se deciden.

        Las investigaciones de tipo interpretativo se basan en la descripción y compresión de lo que es  único y particular del sujeto muy diferente a lo que es general.
Este paradigma se centra, dentro de la realidad educativa, en comprenderla desde los significados de las personas implicadas y estudia sus creencias, intensiones, motivaciones y otras características del proceso educativo no observables directamente ni susceptibles de experimentación.

ESTUDIO DE CASO

Con le fin de llegar a describir e interpretar los diferentes tipos de conflictos que se generan al interior del aula, y de esta manera poder identificar la incidencia de los mismos en la convivencia, se toma en cuenta la información obtenida de diferentes fuentes y de las intervenciones que realizamos como resultado de este análisis se identifican (factores internos y externos)

Factores externos

Se refieren a aquellas situaciones que no están enmarcadas en la institución educativa, sino que hacen parte de la vida cotidiana del estudiante. En este caso, los estudiantes entrevistados manifiestan en sus respuestas problemáticas familiares y sociales que le afectan directamente en su manera de relacionarse con las demás personas. Esto es, al falta de afecto, la falta de cuidado o atención de padres a hijos.
LA carencia afectiva señala la situación en que se encuentra un niño que ha sufrido o sufre de la privación de la relación con su madre/padre. La carencia afectiva trae consecuencias importantes en el desarrollo emocional, psíquico, psicológico, en su rendimiento escolar, en las relaciones que establece con sus padres entre otras.

A modo de conclusión

Abordar los diferentes tipos de conflictos presentes en el centro educativo y su interpretación permitirían identificar la incidencia de los mismos en la convivencia del centro y del aula. De lo anterior se concluye:

Las conductas disruptivas son muy frecuentes en el aula y alteran la armonía necesaria para un buen ambiente de enseñanza- aprendizaje. Entre las conductas disruptivas más recurrentes se encuentran: hablar en clase, no pedir el turno de palabra, los apodos, tirar bolas de papel, exclusión de algún/a miembro del grupo y violencia verbal o física entre compañeros, según lo manifestado por los estudiantes en los grupos que se han intervenido y además por los alumnos mediadores.

Propiciar un mayor acercamiento en la relación docente-estudiante de manera que el docente (tutor) conozca e identifique el entorno social de los estudiantes y  pueda en un momento dado reconocer y evaluar sus fortalezas y debilidades.
Cuando el conflicto es visto como algo natural, inherente a todo tipos de organizaciones y a la vida misma se configura como un elemento necesario para el cambio social.
Desde esta perspectiva crítica, el conflicto se considera como un punto de partida, instrumento para la transformación por lo anterior nuestra recomendación es incluir en el currículo la temática relacionada con el conflicto y su gestión positiva desde la etapa inicial, de manera que se adquiera destreza en el manejo y la búsqueda de solución creativa de los conflictos de una manera adecuada y saludable. 




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